El mundo termina cuando el amanecer amenaza con su llegada.
Miles de vasos alfombran el suelo de hormigón negro.
Ochenta y ocho borracheras repartidas entre ochenta y ocho personas.
Felicidad de las últimas horas de una noche muy golfa, muy larga.
Dos personas ya lúcidas se respiran, se miran, se hablan.
Amanece y la amenaza se cumple. La calabaza reaparece.
Los ratones vuelven a sus madrigueras. La magia se destruye.
Hasta el año que viene.
Foto: https://metropoliabierta.elespanol.com/el-pulso-de-la-ciudad/mar-plastico-cruiilla-pasa-biodegradable_17984_102_amp.html
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Moltíssimes gràcies per comentar! Aprecio sincerament el teu temps i les teves paraules i la teva intenció.