CORTAR HILOS. Un mes de escritura 6.

Llevaba años huyendo de su cumpleaños. Los últimos cinco siempre había caído entre semana y se lo había montado para no estar. Viajes, reuniones importantes, congresos, presentaciones, simposios y paneles. Cualquier cosa con tal de no estar en casa el 20 de enero.

Pero esta vez no pudo escapar. Caía en sábado, había trabajado todo el mundo tan bien que no tenía necesidad de hacer horas extra, al menos unos días,y por lo tanto no tenía motivo alguno de ir al trabajo en fin de semana. Ni siquiera había algún evento al que relacionar con pinzas con su trabajo. Nada. Sólo se le ocurrió una escapatoria desesperada.

La noche del viernes salió a cenar. Descartó la idea de invitar a alguien a acompañarle, no iba a ser buena compañía, y tampoco tenía a quién invitar. La cena era una tapadera para ahogarse en vino.

Se bebió los floreros y con la tranquilidad de ser del género al que estaba inscrito desde su nacimiento, tomó rumbo a casa con la salida del sol aún sintiéndose en la noche del día anterior.

En algún punto del camino se desmoronó en la blandita hierba de un parque. Dejándose caer en el pozo que tanto tiempo había evitado mirar a la cara. Cortó los hilos del títere que él mismo manejaba, y se soltó.

Y entonces, cómo Daniel Quinn, se hundió en la gran ciudad. Desapareciendo tras su sombra, su barba, su piel quemada, irreconocible.

Su puesto de trabajo lo valoraron prescindible, así que ni siquiera fue buscado ni sustituido, totalmente reemplazable por el vacío.


Notícia inspiradora: https://www.elmundotoday.com/2022/07/el-estres-de-no-saber-que-hacer-mientras-te-cantan-cumpleanos-feliz-principal-causa-de-envejecimiento/

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